Paula, hermana de Caronte, recibe una brutal paliza a manos de su marido Rodrigo, que se da a la fuga. Pese a su negativa inicial, Paula termina denunciando y Aurelio avisa a Caronte de lo sucedido. Caronte acoge a su hermana y a su sobrina Irene en casa y les ayuda durante todo el proceso de declaración, aunque Paula se enfrenta a un agresivo juez de violencia que no parece creerle del todo.