Nicolás es un niño que está en un orfanato en espera de que un matrimonio lo adopte. Sus primeros padres adoptivos se mataron mutuamente en un ataque de ira, y ahora sus nuevos padres adoptivos, Olivia y Sebastián, deciden llevarlo a su casa tratándolo de maravilla. Una noche, cuando Sebastián se va a dormir, la computadora se prende sin razón alguna, y aparece en el monitor la frase Es mío. Olivia escucha la misma frase, pero además, sin motivo alguno, siente una extraña sensación como si alguien estuviera empujando sus manos al fuego. Ella se quema, pero Sebastián aparece en el momento indicado y la quita de ahí. Tras eso, Olivia es poseída por el fantasma de la madre de Nicolás, que intenta ahorcar a Sebastián. Cuando él se libra de ella, es a su vez poseído por el espíritu de la madre, pero el niño aparece y le dice que lo deje en paz, que ellos realmente lo quieren. Al oírlo, el espíritu de la madre del niño abandona el cuerpo de Sebastián. Pero el terror no termina ahí.