Debbie descubre a Eliza hablando con unos dingos y amenaza con contarle a sus padres. Eliza, preocupada por la posibilidad de ser enviada a los Estados Unidos y ser tratada en un experimento científico perdiendo sus poderes, busca la ayuda de unos aborígenes australianos. Juntos confunden a Debbie haciéndola creer que todo fue un sueño.