Luego de una fuerte lluvia en la granja, de un negro y burbujeante charco se eleva una tentadora reina, que cautiva a Justo en un trance hipnótico. Aturdido y enamorado, Justo es llevado al castillo sumergido de la reina. Coraje al ver a Muriel llorando por la desaparición de su marido, se embarca en un peligroso viaje de buceo para salvarlo.