Gonzalo no está y ha dejado a Sergio a cargo del bar, pero Sergio no tiene muchas dotes para llevar solo el Kasi Que No. Diana le pica, y le reta a que ella es capaz de mover a los clientes mejor que él. La apuesta será dura: si Diana hace más caja, Sergio deberá hacerse rastas, y si gana él, Diana deberá besar al frutero. La competición será reñida. Sole, aconsejada por Aída, empieza a redactar su testamento, pero no sabe muy bien cómo repartir sus bienes entre sus seres queridos. Además todos sus amigos intentan averiguar a quién dejará Sole sus pertenencias y para ello no dudarán en entrar a escondidas en su casa para leer el testamento. Sole, muy disgustada por el interés de sus amigos en heredar, prepara un escarmiento.